0coma5

sábado, septiembre 30, 2006

Anverso II

Y vio como daba otra calada. Cabizbajo e impotente sintió una extraña hermandad con el humo que salía de su boca. Inhalado, directo hacia los pulmones, recorría como una materia tóxica gratificante para ser expulsado parte de él, pero dejando su venenosa esencia dentro de ella, procurando que nunca terminara la dependencia. Vistiendo de clandestinidad los momentos sublimes, pero también adornando tardes tan desafortunadas como la que estaba viviendo.

Miró el reloj del bar anunciando su derrota en el campo de batalla improvisado entre aromas de café tostado, sorbos de algún licor y miradas de reojo por parte de algún camarero. Ni que decir que el gesto fue recibido como un acto de rendición inmediata. ¿Habría clemencia? El peso de la culpa alzó sus alas y comenzó a apoderarse de los gestos, las miradas al vacío y del silencio. Sabía perfectamente que ella esperaba una señal; la derrota inflingida era dura, pero a pesar de sentirse acorralado conocía la salida que le era ofrecida.

Una ráfaga de sensatez le hizo acordarse del motivo del encuentro en la cafetería. El motivo indudablemente había quedado en segundo plano. Sabía el sacrificio de ella. Salir una hora antes de la oficina en una época en que el trabajo la tenía esclava y más de una tarde alargaba la jornada con el simple beneficio de no encontrarse con la cara de desaprobación de su feje por la mañana. Sin embargo se desvaneció toda la ilusión, el peso lo maniataba y sabía que había roto algo. No algo tangible, ni algo irrecuperable. Más bien era como el envoltorio que guardaba el frasco de todos los reproches que hasta aquel momento no habían aparecido. El decálogo de situaciones anteriormente vividas y que no estaba dispuesta a volver a vivir nunca más. El terror a vivir de nuevo entre el lamento y la impaciencia, entre el no creo y el no puede ser.

La cogió de la mano, la miró a los ojos y le dijo que iba a dar un paseo, que luego se verían en casa.



Viene de

posted by 0coma5 at 30.9.06

4 Comments:

No es bueno guardar los reproches en un frasco de cristal. Siempre se rompe en el peor momento y salen todos de golpe...

9/30/2006 12:00:00 p. m.  

Y luego di que no...

9/30/2006 01:38:00 p. m.  

"Más bien era como el envoltorio que guardaba el frasco de todos los reproches que hasta aquel momento no habían aparecido...", esa frase dice tanto...
Un abrazo.

9/30/2006 03:06:00 p. m.  

no me postees estas cosas...por dió!
che...pueden ser parte de aquello que hacías y arrumbaste!!!! (los retazos)
un beso
tieeeemlboooooooo
laura

10/01/2006 04:37:00 p. m.  

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